Presentación «Generaciones en Crisis»

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Hace tiempo que no publico nada.

Sigo trabajando en relatos y, sobre todo, los microrrelatos de Instagram. He recibido muy buenas críticas sobre ellos y estoy muy volcada. Más bien, ilusionada. Siempre se agradece que alguien te devuelva que has hecho un buen trabajo.

Seguiré diciendo que el mundo de las letras me ha abierto las puertas a un universo nuevo, personas con unos valores que admiro y de las que quiero seguir aprendiendo.

El pasado 5 de noviembre, presentamos en «Contrapunto» a nuestro pequeño bebé. Pequeño en tamaño, pero grande en historias, imaginación, creatividad… y mucha ilusión.

El concurso consistía en mandar relatos que tuvieran que ver con «generaciones en crisis». Eso me llevó a pensar en aquello que más cerca tenía, en este caso, el trabajo actual de mi marido en el campo. Pasaban los días y sentados viendo marcharse el sol, hablábamos de cómo ha cambiado todo, de las nuevas tecnologías, nuevas formas de trabajo y las discusiones que podía tener con su padre. Ésto me inspiró para plasmar todo lo que salía a relucir en nuestras conversaciones.

Baste decir lo emocionada que me sentí este día. Aunque no fuera una campeona recibiendo un libro, he recibido algo mucho mejor: la selección de mi texto para ser publicado. Quizá sea una romántica, pero el ambiente, conocer nuevas personas, escuchar el recitar de otros compañeros… es todo un deleite. Sentirte arropada entre tantos libros con su característico olor, sentirte en casa.

Aún me cuesta creer que pueda aparecer mi nombre en un libro. Me siento afortunada.

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A continuación, os dejo el relato que ganó esta experiencia:

 

            Suena el despertador, son las 7:00h, pero mis ojos se abrieron antes de las 6:00h. Hago el primer intento para levantarme. Hace frío y mis músculos no obedecen a la primera.

            Mientras cojeo, llego al baño y me miro al espejo. Las arrugas y las canas ya son parte de mi vida.

            Como todos los días, me pongo mi camiseta con la publicidad de automóviles del pueblo y los pantalones que mi hijo me regaló de aquella tienda famosa de deportes, según él “resistentes y cómodos” pero que ya llevan unos cuantos rotos. Gajes del oficio.

            Con mis dolores, me arrastro al bar de la esquina, donde me tomo el primer café del día. Seguro que Braulio “el salchicha”, amigo y quinto mío, ya estará esperando con el periódico y criticando las nuevas políticas del gobierno.

            -Un café y una porra, como siempre, Pepe.

            -¡Buenos días, Matías! ¿Qué dolores no tienes hoy?

            Pepe, el dueño del bar, nos recibe dándonos los buenos días a voces, como es costumbre:

            -Otra mala noticia, Matías –me dice Braulio –José “el bizco”, que nos ha dejado.

            ¿José? Con sólo dos años más que nosotros. Me deja fuera de juego.

            Claro que sabía cómo estaba el “bizco”. Sus hijos ya estaban repartiendo la herencia antes de que su padre falleciera. Sólo un dato curioso: nadie quería hacerse cargo de sus tierras, de aquellas que tanto sacrificio le habían costado sacar adelante.

            El “bizco” tenía dos hectáreas con ciento cincuenta olivas. Hace un par de años me pidió ayuda para recoger las aceitunas y cuidar sus tierras. Sus hijos, como otros muchos del pueblo, se habían marchado a la capital. Ningún joven encontraba trabajo en Fuentevera de Abajo, sólo algunos negocios como panaderías, colmados o ultramarinos habían resistido a la crisis y, a veces, ni eso.

            Las hijas de Felisa “la viuda” también se habían marchado y la carnicería tuvo que cerrar. Un supermercado se quedó con el negocio y ahora dicen en el pueblo que es más barato.

            Aún recuerdo cuando hablaba con Braulio de la importancia de dar estudios a nuestros hijos, darles un trabajo digno. El campo es duro. ¿Quién quiere pasar calamidades?

            Todos en el pueblo tienen olivares:

            Miguel “el perca” tiene una cuartilla con diez olivas, Mariano “el zapatero” una fanega con veinte, Pepo “el forastero” doscientas… y suerte que tenemos la cooperativa en el pueblo.

            Cada vez, mis vecinos, me piden más ayuda, a mi o a alguien de confianza para trabajar sus tierras, pero a mis 56 años, mi espalda y mis rodillas ya me dicen ¡basta!

            Aunque hay pocos jóvenes, alguno queda, pero esto ya no es lo que era. Ya no se varea con vara, ahora hay un vibrador, con uña o de esos que agarran las ramas. Cierto es que nos adelanta el trabajo, pero los ecologistas dicen que maltratamos los árboles; estos “perro-flautas” no tienen ni idea de lo que es trabajar. Todo cambia, hasta un tractor nuevo, tiene más botones que una nave espacial… pero todo es un dineral.

            Mi hijo, en ocasiones, me dice cosas extrañas como: -Papá, el futuro está en tener un título para manipular un dron, así tendríamos una visión de todas las tierras en un periquete.

            ¿Un dron? ¿Qué diantres eso eso? Tu tractor y tirando, como siempre.

            El listo siempre es el intermediario. Ése, ése sí que se lleva dinero. Sino, que se lo digan a Morris, inglés afincado en España desde hace 7 años, es el que vende nuestro aceite al extranjero.

             Nuestro trabajo es un trabajo duro y mal pagado y esto ya no es lo que era.

            A veces pienso que el campo es sólo para las margaritas, que en ocasiones no las matan ni los fungicidas que ahora sólo permite la Unión Europea. No, esto ya no es lo que era.

            Cada vez hay menos jóvenes en Fuentevera de Abajo, sólo han vuelto aquellos que no han tenido otro trabajo mejor o han perdido el suyo en estos últimos años. Eso sí, vuelven con la cabeza llena de pájaros: quieren dinero rápido y fácil, ¡qué ingenuos!

            ¿Qué será de nuestros campos? ¿Qué será de aquello por lo que hemos peleado todos estos años?

            En ocasiones, pienso que el campo es sólo para las margaritas.

Lidia Polo Sánchez

 

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¡Ha nacido una nueva familia!

Enhorabuena a todos los participantes, a los ganadores  y a todos los que pusieron su granito de arena para hacer esto posible.

2 comentarios en “Presentación «Generaciones en Crisis»

  1. Muy bien ya sabes que nos gusto mucho espero que nos sigas haciendo pasar buenos ratos 👏👏👏😘😘😘💝💝

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    1. Gracias a vosotros que creéis en mi y me apoyáis 😘😘

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